Jesús en el Evangelio se fija en la eficacia de la fe, la fe es la plena confianza en el poder de Dios e incluso de la fe pequeña como un grano de mostaza.
El interés de cualquier lector desprevenido no sería tanto hablar más allá de la muerte, sino de la realidad hoy.
Ser justos en Lucas es proclamar con nuestra boca su palabra y vivirla, entre proclamar y vivir, es ser justos según sus planes de Dios en nuestras vidas, el justo ante los ojos de Dios, como san José, que hizo en su vida la voluntad de Dios y agrado con su vida al Señor.
La reconciliación se llega por el perdón, como su nombre lo indica es un don del Señor, es un acto que solo puede provenir de la madurez humana.
Jesús exige una renuncia total para seguirlo es una forma de ser libre ante las cosas y las personas. ¿Cómo es mi relación con Dios y con las demás personas?
La gran enseñanza de hoy es empezar a preguntarnos sobre nuestra vida, cuantas relaciones de orgullo tenemos nosotros en la vida, buscamos siempre ayudar a quienes nos puedan ayudar después, ¿tenemos relaciones interesada? A los ojos del señor lo que importa es ayudar, colaborar, servir.
La preocupación por la salvación es para todos los hombres, en un mundo del tener, el placer y el vivir bien, no nos permite atender lo realmente importante como la vida eterna.
La vida cristiana es como una carrera en la que debemos colocar los ojos puestos y fijos en Él, es Jesús el que va delante de nosotros sus testigos insignes pasando por todos los santos de todos los tiempos que nos animan a caminar juntos hacia la vida eterna.
Confío en el Señor, fe es confiar, es creer que el Señor nos promete la salvación y la cumple, esto es fidelidad. El Señor cumple sus promesas a lo largo de toda la historia de los seres humanos.
Ser rico a los ojos de Dios no es tener o acumular cosas, sino ser desprendidos como actitud y opción de vida de un verdadero discípulo del Señor: “No es rico el que más tiene, sino el que menos necesita”.