Guías Homiléticas - XXVII DOMINGO ORDINARIO

Hab 1, 2-3; 2, 2-4 / Sal 94 / 1Tm 1, 6-8.13-14 / Lc 17, 5-10
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02 OCTUBRE

Del santo Evangelio según san Lucas  17, 5-10

En aquel tiempo, los apóstoles le dijeron al Señor: “Auméntanos la fe”. El Señor dijo: “Si tuvieran fe como un granito de mostaza, dirían a esa morera: ‘Arráncate de raíz y plántate en el mar’, y les obedecería. ¿Quién de ustedes, si tiene un criado labrando o pastoreando, le dice cuando vuelve del campo: ‘Enseguida, ven y ponte a la mesa’? ¿No le dirán más bien: ‘Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú’? ¿Acaso tienen que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo ustedes: cuando hayan hecho todo lo que se les ha mandado, digan: ‘Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer’”.

Palabra del Señor.

¿POR QUÉ SUFREN LOS JUSTOS Y PROSPERAN LOS MALVADOS?,

La primera lectura nos invita a mantener la fe en Dios a pesar de nuestras dificultades y la pregunta que acompaña al lector es ¿por qué sufren los justos y prosperan los malvados?, por ende, esta pregunta nos invita a que nosotros vivamos desde la fe, porque la fe es una experiencia vivencial, que toca el corazón de todas las personas, esto es, el justo por su fe vivirá.

En el día de hoy “El justo vive de la fe”, frase que será recogida por Pablo en su segunda carta a Timoteo y en su mensaje que invita a no tener vergüenza por practicar la la fe y tendrá luego una enorme resonancia en la dogmática cristiana a lo largo de todos los tiempos. Pablo exhorta a Timoteo a dar testimonio de su fe en Cristo Jesús y a aceptar con fe y con amor el mensaje transmitido por Pablo.

Jesús en el Evangelio se fija en la eficacia de la fe, la fe es la plena confianza en el poder de Dios e incluso de la fe pequeña como un grano de mostaza. Después de la denuncia de los fariseos, Jesús quiere atajar su influjo sobre los discípulos (12, 1). Por eso esta instrucción está planteada desde la mentalidad farisaica que Jesús quiere combatir en los suyos. Lucas reúne varias palabras de Jesús, dirigidas a sus discípulos, que tienen una fuerte vinculación con la vida comunitaria. En los versículos anteriores, se nos pide que no seamos motivo de tropiezo por nuestros actos negativos, para con los pequeños (17, 1-2); después se nos anima a la corrección fraterna, para que el hermano que ha pecado tome conciencia de su falta y se arrepienta (17, 3-4)… Así nos presenta a la comunidad cristiana como una comunidad de pecadores que experimentan la proximidad y la acogida de Dios en el perdón fraterno. Pero, es necesario tomar conciencia de la fuerza de la fe (17, 5-6), ya que esta nos permitirá aceptar con todas las consecuencias la exigencia del perdón.

Si tu hermano llega a pecar, reprenderlo; y se arrepiente, perdónalo. Y si peca contra ti siete (7) veces al día, y otras siete (7) viene a decirte: “Me arrepiento”, perdónalo. En ese sentido es importante reconocer que, aunque no son palabras propias de Jesús, quién se dirige en este momento, sus discípulos en este contexto son los apóstoles (recordemos que san Lucas diferencia bien los discípulos, todos los seguidores de Jesús, de los apóstoles, exclusivamente los doce) los protagonistas de esta súplica, seguramente este texto parece ser tomado de una tradición bien primitiva. De seguro el autor lucano escribe este texto, porque ya se ha debilitado la fe muchas personas de la comunidad o se han enfriado espiritualmente y por eso, se ve la necesidad de decirle a Jesús: “Auméntanos los la fe”; Y Jesús, ante la súplica de este discípulo, les dice: “Si tuvieran fe, aunque solo fuera como un grano de mostaza diría en este árbol arrancate del mar y le obedecería”.

Todos nosotros, los cristianos, debemos cuidar la fe, ya que es un tesoro qué hace que nuestra vida esté más cercana a Jesucristo, por eso, la fe es el motor que mueve la comunidad cristiana a creer: nosotros creemos en la acción maravillosa y misericordiosa de Dios en los hombres. Y, por último, la parábola final (17, 7-10) nos describe la actitud que el hombre debe tener ante Dios: servicio, recibimos gracia y nuestra vida es respuesta agradecida.

La parábola que utiliza Jesús (7-9) está tomada de la vida social de su tiempo y país, donde había propietarios y esclavos, y estos estaban totalmente dedicados al servicio del amo sin recibir ninguna clase de agradecimiento. Jesús, cuando pone parábolas, no está valorando lo que describe, no está diciendo que sea bueno o malo eso de la esclavitud, sino que intenta decir algo del Reino de Dios. En este caso, está diciendo que en el Reino todo viene de Dios y todo es gratuito.

  • ITINERARIO SINODAL

    La fe en Lucas es la fe de la comunidad, aquí en el texto leído, la fe es la respuesta del hombre a la predicación de Jesús: es reconocer y aceptar al Dios que anuncia Jesús (creer en Jesús resucitado y vivo en la comunidad hasta todos los tiempos). La fe auténtica, de calidad, supone romper con la institución: la morera, como la higuera, que son figura de la institución judía y abrirse al actuar de Dios en todos los tiempos. Aún en nuestras realidades actuales, nosotros debemos centrar nuestra mirada en Jesús, no en la institución. Porque nuestra fe no depende de lo externo, ni de la institución tradicional, nuestra fe depende por completo de Jesús que anima la comunidad a ser perseverante ante las dificultades que atraviesa.

Por: Pbro. Wilson Javier Sossa López, cjm

Por: Pbro. Wilson Javier Sossa López, cjm

Sacerdote Eudista

 

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