Esta es nuestra fe, nuestra convicción segura basada en la resurrección de Cristo.
Este es el misterio de la vida, somos seres espirituales, donde Dios nos ha mirado con su ternura. Es importante comprender el misterio del ser humano en su existencia terrena.
Los bienaventurados, significa los dichosos, el término griego makariori, como los dichosos y felices, y se traduce al hebreo ashre, es una explosión de alegría.
La vocación cristiana – sea al ministerio ordenado, a la vida religiosa, a la vida del ministerio, o a la vida matrimonial… es en fin un compromiso de su testimonio cristiano en medio del mundo – es un misterio.
La predicación de Jesús se caracteriza como palabras de gracia, expresión unida a la cita de Isaías, esto significa algo agradable y gracioso.
Aceptar a Jesús significa actualizar su obra de liberación para los hombres, quien no acepte a Jesús se niega a aceptar su obra, su palabra de vida, si acepamos a Jesús, aceptamos que debemos trabajar por el reino de liberación del hombre íntegramente, no sólo económica sino integral.
Debemos percibir las «señales» y “signos” dispersos que nos remiten más allá de nosotros mismos y de nuestras limitaciones, hacia una presencia mayor, misteriosa pero real.
Todos los seres humanos tenemos la capacidad de decisión y elección, cuando optamos por buenas decisiones sentimos que tenemos paz y sosiego, nada ni nadie nos puede quitar esa paz que nos da la voz de Dios hoy.
Jesús el Hijo de Dios y María humana es un encuentro con las palabras de María que manifiesta una expresión espontánea del dolor y de la angustia durante las largas horas de la búsqueda.
Jesús el Hijo de Dios y María humana es un encuentro con las palabras de María que manifiesta una expresión espontánea del dolor y de la angustia durante las largas horas de la búsqueda.