Muchas veces, leyendo los “Evangelios de la infancia”, nos preguntamos por qué Dios no intervino directa y claramente. Pero Dios actúa a través de eventos y personas.
Padre Santo, estamos aquí ante Ti, para alabarte y agradecerte el gran don de la familia.
vocación del profeta, sino que este llamamiento solo aparece hasta el capítulo 6. ¿Qué pasó allí? ¿Hay algo de especial en Isaías? ¿Por qué la historia no empieza con el llamamiento? ¿Por qué el llamado de Dios a Isaías aparece en el libro solo hasta el capítulo 6?.
Desde las primeras páginas de la Biblia, en los preciosos y poéticos relatos de la creación, se nos presenta el protagonismo de la Palabra creadora de Dios. Ella es la que pone orden en el caos y la soledad de los orígenes, y resuena en los abismos para dar existencia y vida al mundo y a cuanto contiene, incluido el ser humano. Aquel “Dijo Dios” se vuelve una especia de estribillo con el que inicia cada día de la creación (cf. Gn 1, 1–2, 4a).
Lo específico de la oración litúrgica, que la distingue de todas las demás, es que es una oración trinitaria: en el Espíritu por el Hijo la comunidad que celebra se dirige al Padre y es del Padre por el Hijo que todo don perfecto le es ofrecido en el Consolador.
El tercer paso que el Papa propone a los jóvenes es “seguir a Cristo”: “no es una pérdida – dice el Papa – sino una ganancia incalculable, mientras que la renuncia se refiere al obstáculo que impide el camino”.
La oración es un impulso, es una invocación que va más allá de nosotros mismos: algo que nace en lo profundo de nuestra persona y se proyecta, porque siente la nostalgia de un encuentro.
Al terminar el reparto de los panes y los peces, Jesús se marchó solo al monte para evitar que lo hicieran rey; pero al día siguiente la gente lo busca porque con él, piensa, está resuelto el problema básico de su vida. Es una reacción comprensible en quienes no tenían asegurado el pan de cada día. Este mensaje tiene varias claves de lectura que quiero destacar de la siguiente manera.
«Cien años de la coronación caminando en la fe, en la esperanza y en la devoción, con la Reina de la Paz, Patrona de esta nación». Con este lema, la diócesis de San Miguel, en El Salvador, celebrará el 20 y 21 de noviembre el centenario de la coronación pontificia de la Regina Pacis, patrona del país.
La cita inicial de Mateo nos recuerda el encuentro sobre la protección de menores en la Iglesia, convocado y presidido por el papa Francisco del 21 al 24 de febrero de 2019 en el Vaticano.