Guías Homiléticas
29 agosto / XXII Domingo Ordinario
/ Dt 4, 1-2.6-8 / Sal 14 / St 1, 17-18.21b-22.27 / Mc 7, 1-8.14-15.21-23
Del Evangelio según san Marcos Los fariseos y algunos escribas que habían llegado de Jerusalén se acercaron en grupo a Jesús y vieron que algunos de sus discípulos comían sin purificarse, es decir, sin lavarse las manos. Porque es de saber que los fariseos, y los judíos en general, ateniéndose a la tradición recibida de los antiguos, no comen sin antes lavarse escrupulosamente las manos; y, al volver de la plaza, no comen sin bañarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, como es la manera de lavar los vasos, las jarras, los platos y las camas...Palabra del Señor
Los mandamientos, lejos de ser una imposición arbitraria de Dios al hombre, lejos de “obligarlo” a hacer algo que es ajeno a él, que “lo limita”, que “le impide ser feliz. La tentación de considerar que lo esencial de una religión está en el cumplimiento de ciertas formalidades rituales, y no en la asunción de sus principios vitales. También esta tentación acompañó al «pueblo de Dios» de Israel -como a muchos otros «Pueblos de Dios»-, desde tiempos inmemoriales. Hoy, si alguna persona se atreve a cuestionar, aunque sea indirectamente, ciertos lastres históricos y a proponer alternativas coherentes con el evangelio… El autor escribe inspirado por Dios, con la intención de despertar la conciencia del pueblo de Israel que poco a poco caía en la más grave actitud de un creyente: reducir la fe a lo externo, conviviendo al mismo tiempo con todo lo que lo ofendía a Dios. El Deuteronomio como obra escrita para conversión, fuera de su sentido etimológico, no significa otra ley o una segunda ley, sino más bien una renovación, una actualización ante la ley del señor ya dada en la alianza del Sinaí. En la palabra mandamiento encuentra el hombre la verdadera inteligencia y sabiduría, don de Dios a Israel. Es por eso que por ser un don divino no debe manipularse ni deformarse a su antojo individualista, en sí mismo la ley viene a ser presencia de Dios ante la conciencia humana. Al Señor, a su voluntad no hay que buscarle en los cielos, sino en su palabra.
La carta de Santiago nos pone en guardia contra una religión que no encarne los valores del Evangelio. La palabra escuchada en la Sagrada Escritura debe ser discernida según el Espíritu para vivirla dócilmente en la vida cotidiana. El cristianismo no es una formalidad social que cumplir, ni un ritual más en las prácticas piadosas de una cultura. El cristianismo se manifiesta como una opción vital que requiere del compromiso íntegro de la persona. La comunidad de creyentes es el espacio ideal para que la persona realice su opción y viva, en compañía de otros hermanos y hermanas, el llamado de Jesús
La acusación contra Jesús
La actitud de los fariseos y escribas nos interpela hoy Donde está el problema del asunto, está en Jesús que ya ha tenido varios encuentros con los fariseos (3,1-7a) y con los letrados de Jerusalén (3,22-30), o el problema está en la ley o en la institución religiosa. Pues a decir verdad, no se trata simplemente de buscar culpables o victimas en esta escena, lo que me parece que si podemos sacar es la enseñanza, o mejor aún nuestra actitud que muchas veces puede ser como la de estos personajes, que sin querer señalan, critican, prejuzgan, enjuician… observando nuestras actitudes a diario, parece ser nuestra tendencia, pues es de humanos, pero no de cristianos esta actitud, a mí me parece que lo que hace Jesús es desenmascarar estos tipos de personajes. Ahora en el texto encontramos a aquellos que se alían en contra de Jesús, cuyos grupos son: estos letrados que apoyan a los fariseos. La pregunta fundamental sería ¿Nos sentimos rechazados por la verdad? La acusación contra Jesús se basa en que éste no respeta la distinción entre sacro y profano y que sus discípulos siguen su ejemplo. A veces seguimos nosotros preceptos humanos o que en un principio fueron bien intencionados y ahora se convierten en cosas difíciles de aceptar y vivir. En la mentalidad del judaísmo, Israel era el pueblo consagrado por Dios (Dt 7,6; 14,2; Dn 7,23.27: «pueblo santo / consagrado, pueblo de los santos / consagrados»), todos los demás pueblos eran profanos, es decir, no estaban vinculados, como Israel, con el verdadero Dios. Todo esto llevo a que estableciesen la distinción entre sacro y profano.
Algunos ritos y prácticas religiosas:
El sábado – El ayuno – La Torah: la ley impuesta desde afuera, subyuga y esclaviza al hombre. No respetar los ritos y prácticas religiosas. El hombre antes que el sábado. Ayunarán cuando el novio no esté. La práctica de la Torah, no es la ley por la ley, sino la ley al servicio del hombre y no esclavizado por la ley.
Recrearnos en nuestra espiritualidad es tener bien centrada nuestra vida, desde dónde actuamos, hacia donde vamos. Solo así seremos profundos y verdaderos seguidores. Exige una «libertad de espíritu» a los cristianos, como a todo ser humano adulto y maduro. Aunque en sí mismo los fariseos eran sumamente religiosos y con mérito de afrontar los cultos extranjeros, su actitud más propia y negativa queda comprendida al notar como los 10 mandamientos de la versión de la ley según Ex. 20, 1ss, había deducido 613 preceptos legales, que terminaban disculpándolos de la verdadera obligación para con Dios y los hermanos, la religión católica no es la religión del libro, es la religión de la Palabra vivida en nuestras comunidades, no es una religión de los diez mandamientos, es una religión de los 10 mandamientos, expresados en Jesús en los dos mandamientos fundamentales: amar a Dios y amar a los hermanos como él mismo nos enseñó. Según el relato ellos condenan a los discípulos de Cristo por no lavarse las manos. Entre los muchos preceptos del fariseísmo estaba precisamente el conjunto de los netilat yadayim o lavados frecuentes que simbolizaban su apartamiento y condena del contacto con el pecado. Jesús responde definiendo lo importante de la ley de Dios. Pero sus palabras de Maestro, resuenan sin embargo como una seria advertencia para la misma comunidad cristiana: – La hipocresía es una actitud de escapatoria religiosa que huye de dar a Dios lo importante de la vida. De este modo, conviven culto culpabilidad sin llegar a tocar la conciencia, más bien, la desvían del sentido de responsabilidad frente a la ley. Me honran con los labios, pero su corazón está lejos de mí.
La interpretación farisea de la Ley
El pueblo santo, consagrado vs profano. Todo es creación de Dios, el hombre es co-creador, colaborador y continuador de su obra. Aún más: para un fariseo, el contacto con gente «profana» ponía en peligro la propia consagración a Dios; en consecuencia, había que tomar precauciones, en particular con los alimentos, manoseados por gente de cuya observancia no constaba. En consecuencia, antes de comer había que lavarse ritualmente las manos que habían tocado esos alimentos o cualquier cosa del mundo exterior, y, mediante lavados, quitar también a los alimentos lo profano que hubieran podido adquirir por el contacto con los que los habían recolectado o vendido. Sólo así se aseguraba el propio carácter sacro, el vínculo con Dios. Para los fariseos, el contacto con el mundo creado, profano, contaminaba al hombre, la vida ordinaria amenazaba con separar de Dios. Si se ponía en tela de juicio esta distinción, la religión judía, según ellos, caía por su base. Creaban así una doble discriminación: Dentro del pueblo, excluían a la gente ordinaria que no seguía rigurosamente la interpretación farisea de la Ley. Negar la necesidad de los ritos preventivos que ellos practicaban, significaba para ellos negar la necesidad de la observancia de la Ley para estar a bien con Dios, equiparando los no observantes a los observantes. Fuera del pueblo, excluían a los paganos. Respecto de éstos, señal evidente de la sacralidad de Israel era la fidelidad a los tabúes alimentarios impuestos por la Ley. Si éstos se suprimían, se borraba la distinción entre Israel y los otros pueblos. La frontera entre lo sacro y lo profano era, pues, la que permitía a Israel sentirse distinto y superior a los paganos. En el texto de Mc, los panes de que hablan los fariseos aluden a los compartidos con la multitud en el episodio del reparto (6,34-46). Los discípulos no creen que el contacto con esa multitud descontenta de la institución (6,41) obligue a practicar un lavado que elimine lo profano. Han roto el principio discriminador dentro del pueblo judío, aunque siguen en su mentalidad nacionalista y lo mantienen respecto a los paganos, como lo ha mostrado su resistencia a la orden de Jesús de ir en la barca a territorio no israelita (6,47-52). La estricta observancia de los ritos de purificación caracteriza a todos los judíos (primera mención en Mc), representados por los fariseos; se trata, por tanto, de los judíos observantes, no de las masas marginadas. Esto quiere decir que estos judíos son importantes, saben del estudio de la Torah, a la cual siguen estrictamente al pie de la letra y ellos formulan y hacen o crean ciertos ritos, ellos son los que exageran porque para ellos es más importante la ley y sus ritos, cosa que Jesús va a desenmascarar. El lavado de los fariseos no era solamente higiénico, sino religioso, según un complicado ritual. En esa práctica, el escrúpulo y la minuciosidad dominaban, mostrando hasta qué punto establecían una separación entre ellos y el mundo, como si lo creado por Dios no fuera bueno (Gn 1,31). Dios hace y crea todo bueno para el bien de los que él ama. Como quien dice el Señor tiene un designio, un plan, una misión para todo hombre y mujer, no podemos nosotros menospreciar a los demás, o como dice el evangelio a aquellos que no realizan ciertas prácticas rituales, antes todo lo contrario, debemos valorar al ser humano y todo lo creado por el hombre para el bien del mismo, superación, progreso y técnica que superan cualquier visión negativa de hombre y miedo al progreso. A veces uno observa ciertas confusiones entre lo que es la Tradición (revelación) y un volver a lo tradicional (cultos, rituales que no tocan la vida del hombre y miedo a todo lo creado por el hombre porque lo esclaviza- visión negativa- aunque pueda pasar, pero que de todas maneras esto ha hecho al hombre más responsable de su manejo de las mediaciones -técnicas y ciencia-). Claro que la ética debe ir de la mano del progreso y la bioética de la mano de la ciencia. Ellas iluminan y ayudan al hombre a no perder de vista el horizonte de la visión cristiana-ética de hombre que vive en la historia.
Aporte pastoral
Jesús ve el culto hipócrita, manifestado con signos exteriores (labios) mientras interiormente (corazón: Jesús nos propone un análisis del corazón, de aquel centro de decisiones, no es el órgano, sino es el corazón humano como centro de decisión, inteligencia y libertad, pues allí es donde tiene lugar lo auténticamente cristiano o mejor lo bueno o lo condenable, como lo expresaría san Juan Eudes. “En Jesucristo, la primera realidad significada en la palabra corazón es el órgano vital, el corazón corporal, la realidad humana, asumida por la divinidad en la unión hipostática. Y el corazón espiritual parte superior de su alma santa, que comprende su entendimiento y voluntad en su doble dimensión divina y humana. Su pensamiento se acerca aquí al concepto bíblico de corazón como interioridad consciente y responsable del hombre.” (San Juan Eudes, Obras Escogidas, centro carismático Minuto de Dios, Bogotá, 1990 P. 92-93).
«Colaborar en las tareas de la Nueva Evangelización reclama una intensa vida espiritual que irradie a la realidad toda del ser humano viador. Para ello es muy importante que reconozcamos en nuestro interior (ver Jn 16,7) la existencia de un combate espiritual en donde el hombre viejo, del que habla la Escritura, busca mantenerse y no dar espacio al crecimiento del hombre nuevo; y que “corramos con fortaleza la prueba que se nos propone, fijos los ojos en Jesús, el que inicia y consuma la fe” (Rom 5,5). Es fundamental despojarse del hombre viejo y revestirse del hombre nuevo, aquel “que se va renovando hasta alcanzar un conocimiento perfecto, según la imagen de su Creador” (Ecclesia in America, N. 10).
Por: Pbro. Wilson Javier Sossa López, cjm Sacerdote Eudista
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