La Oración Colecta del primer Domingo de Cuaresma subraya el objetivo del Ciclo Pascual: “avanzar en la inteligencia del Misterio de Cristo, para vivirlo en su plenitud”[1]. Para lograrlo, la Iglesia nos da en abundancia la Palabra de Dios, las celebraciones litúrgicas y los ejercicios de piedad, sugeridos para la Cuaresma, el Sacro Triduo y la Pascual. En este escrito quiero esbozar la riqueza celebrativa de la Cuaresma y la Semana Santa, a partir de los textos litúrgicos y algunos documentos del Magisterio. Puede ser una guía útil para la catequesis y para la vivencia espiritual de aquellos fieles que deseen profundizar en este itinerario hacia la Pascua.


[1] Oración Colecta, I Domingo de Cuaresma.

I. LA CUARESMA

En primer lugar, la Cuaresma que, “con su doble carácter, prepara a los catecúmenos como a los fieles en orden a la celebración del Misterio Pascual”[1]. En este sentido, el leccionario ha sido confeccionado. El ciclo A, subraya “el camino bautismal de la iglesia”; el ciclo B, “la glorificación de Cristo”; y el ciclo C, “llamada a la conversión y al perdón”.

Enseguida les propongo las Etapas de la Iniciación Cristiana de Adultos, según el Ritual de la Iniciación Cristiana de Adultos (RICA):

[1] CONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINO, Carta Circular sobre las fiestas pascuales (16 enero 1988) 6.

1. Precatecumenado

Es el periodo del primer anuncio, en el que la persona se siente atraída por la persona de Cristo, gracias al testimonio del discípulo misionero.

Entrada en el catecumenado (RICA 73-97)

Es el rito celebrativo que marca el inicio de la etapa catequética de quien ha optado por ser cristiano. La celebración se estructura en los siguientes ritos: dialogo entre el ministro y el candidato, signación en la frente, introducción en el templo, celebración de la Palabra, entrega de los evangelios, súplicas por los catecúmenos, despedida.

2. El catecumenado.

Es el periodo de la catequesis. Dura el tiempo que sea necesario. En este periodo los catecúmenos son acompañados por la Iglesia mediante celebraciones de la Palabra de Dios (n, 100), exorcismos (n. 101), bendiciones (n. 102), unción con el óleo de los catecúmenos (n.130).

Elección o inscripción del nombre (RICA 133)

Se celebra el Primer Domingo de cuaresma, con los siguientes ritos: presentación de los candidatos (n. 143), admisión o elección (n. 147), súplicas por los elegidos (n. 148), despedida

3. Purificación o iluminación

Es un periodo de formación inmediata para la celebración de los Sacramentos de Iniciación cristiana que tiene ligar entre III y V Domingo de Cuaresma. En este periodo tiene lugar los siguientes ritos: los escrutinios, que son tres: tercer domingo, cuarto domingo y quinto domingo de Cuaresma; las entregas (símbolo y oración dominical); rito del Effetá. El leccionario del Ciclo A ha sido pensado para este proceso de formación. Este periodo es, prácticamente, el retiro espiritual para recibir estos sacramentos.

Celebración de los Sacramentos de la Iniciación Cristina

Se reciben en la Vigilia Pascual. Son tres sacramentos que el elegido recibe esta solemnísima noche: Bautismo, confirmación, Eucaristía.

Miércoles de Ceniza

Es un día penitencial obligatorio para toda la Iglesia y que comporta la abstinencia y el ayuno[1]. La imposición de la ceniza (sacramental) significa la condición del hombre que confiesa externamente su culpa ante el Señor y expresa su voluntad interior de conversión, confiando en que el Señor se muestre compasivo con él, el signo debe culminar con la celebración del sacramento de la reconciliación.


[1] Ibíd., 22.

Domingos de Cuaresma

Leccionario

Ciclo A: el camino bautismal de la iglesia

  • Primer domingo:

    Ayuno y tentación del Señor (Mt 4, 1-11)

  • Segundo Domingo:

    La glorificación del señor (Mt 17, 1-9)

  • Tercer Domingo:

    La Samaritana (Jn 4, 5-42).

  • Cuarto Domingo:

    El ciego de Nacimiento (9, 1-41).

  • Quinto Domingo:

    La Resurrección de Lázaro (Jn 11, 1-45).

Ciclo B: la glorificación de Cristo

  • Primer domingo:

    Ayuno y tentación del Señor (1, 12-25).

  • Segundo Domingo:

    La glorificación del señor (Mc 9, 1-9).

  • Tercer Domingo:

    Purificación del templo (Jn 2, 13-25).

  • Cuarto Domingo:

    Dios mando a su hijo para salvar al mundo (Jn 3, 14.21).

  • Quinto Domingo:

    El grano de trigo… (Jn 12, 20-33).

Ciclo C: llamada a la conversión y al perdón

  • Primer domingo:

    Ayuno y tentación del Señor (Lc 4, 1-13).

  • Segundo Domingo:

    La glorificación del señor (Lc 9, 28b-36).

  • Tercer Domingo:

    Llamad a la conversión (Mc 13, 1-9).

  • Cuarto Domingo:

    El Hijo pródigo (Lc 15, 1-3.11-32).

  • Quinto Domingo:

    La adúltera perdonada (Jn 8, 1-11).

Celebraciones litúrgicas para este tiempo

Las ferias privilegiadas, desplazan cualquier memoria o fiesta, excepto, San José (19 de marzo); la Anunciación (25 de marzo).

Espiritualidad cuaresmal

Acercarse a las fuentes que poseemos a mano: los leccionarios (los títulos de las lecturas y del evangelio, los salmos y sus respuestas;  el Misal (oraciones, anáfora, las antífonas), la liturgia de la Horas (antífonas, salmos, cántico evangélico, preces, títulos, sentencias, colectas sálmicas[1], etc.,), las prácticas penitenciales sugeridas por la Iglesia (ayuno, oración y limosna); la Lectio Divina.

[1] “URDEIX, J., Oraciones sálmicas. Serie romana, PHASE 178 (2008).

II. LA SEMANA SANTA

“La cuaresma continúa hasta el jueves. A partir de la misa vespertina, “en la Cena del Señor”, comienza el Triduo pascual, que continúa durante el Viernes de la Pasión y el Sábado Santo, y tiene su centro en la Vigilia pascual y acaba con las Vísperas del Domingo de Resurrección”[1].

[1] Carta Circular sobre las fiestas pascuales 27.

 

EL DOMINGO DE RAMOS EN LA PASIÓN DEL SEÑOR (ABC)

Comprende a la vez el presagio del triunfo real de Cristo y el anuncio de la Pasión. Se hace procesión con ramos desde un lugar adecuado; esta procesión goza de una especial solemnidad; se proclama el Relato de la Pasión del Señor completa (no se saluda al pueblo como de costumbre, no se signa el evangelio, no se llevan cirios, ni con incienso); se hace homilía. 

EL TRIDUO PASCUAL

Es sagrado el ayuno de los dos primeros días del Triduo, en los cuales, según una antigua tradición, la Iglesia ayuna “porque su esposo ha sido arrebatado” (Tertuliano). El viernes santo de la Pasión del Señor hay que observar en todas partes el ayuno y la abstinencia, y se recomienda que observe también durante el Sábado Santo, a fin de que la Iglesia pueda llegar con espíritu ligero y abierto a la alegría del Domingo. Se encarece vivamente la celebración en común del Oficio y Laudes de la Mañana del Viernes de la Pasión del Señor y también del Sábado[1]

[1] Ibíd.,38-40.

Jueves Santo

En la mañana está la Misa Crismal. Pero toda la atención se debe centrarse en los misterios que se recuerdan en la misa: es decir, la Institución de la Eucaristía, la Institución del Orden Sagrado, y el mandamiento del amor sobre la caridad fraterna. Son estos los puntos que conviene recordar en esta celebración.

En esta misa debe participar toda la comunidad, no se permite la celebración sin pueblo, el sagrario debe estar vacío al iniciarse la celebración; se prepara con anticipación una capilla convenientemente adornada, que invite a la oración y a la meditación; las campanas se tocan durante el Himno del Gloria y no volverán a sonar hasta la Vigilia pascual; el lavatorio de los pies.

Terminada la oración después de la comunión, comienza la procesión, precedida por la Cruz en medio de cirios e incienso, en la que se lleva el santísimo Sacramento por la Iglesia hasta el lugar de la reserva, mientras tanto se cantan cantos adecuados. El Santísimo Sacramento debe ser reservado en un sagrario o en una urna. No ha de hacerse nunca una exposición con la custodia u ostensorio.

El sagrario o la urna no han de tener la forma de un sepulcro: la capilla no se prepara para representar la sepultura del Señor sino para conservar el pan eucarístico destinado a la comunión del viernes de la Pasión del Señor.

Invítese a los fieles a una adoración prolongada durante la noche del Santísimo Sacramento en la reserva solemne después de la misa. Pasada la media noche, la adoración debe hacerse sin solemnidad, dado que ha comenzado ya el día de la Pasión del Señor.

1. Vienes Santo de la Pasión del Señor

En este día, en que ha sido inmolada nuestra víctima pascual, la Iglesia, meditando sobre la Pasión de su Señor y esposo y adorando la Cruz, conmemora su nacimiento del costado de Cristo dormido en la Cruz e intercede por la salvación de todo el mundo. 

No se celebra la Eucaristía, se distribuye la Eucaristía únicamente durante la acción litúrgica de la Pasión del Señor.

La acción litúrgica consta de liturgia de la palabra, oración universal, adoración de la Cruz y sagrada comunión).  

El sacerdote y los ministros se dirigen en silencio al altar, sin canto alguno. Hecha la debida reverencia al altar, se postran rostro en tierra; esta postración, que es un rito propio de este día, se ha de conservar diligentemente por cuanto significa[1]. Los fieles, durante el ingreso de los ministros, están de pie, y después se arrodillan y oran en silencio.

[1] Es una postura neumatológica, pide el espíritu santo para el abajamiento total, misterio esencial de la cruz, cómo el espíritu santo conduce a cristo a la Cruz, así sea conducida la comunidad celebrante al misterio de la muerte de Cristo.

Estructura

2. Sábado Santo

El del sábado es la kénosis mayor del año; ni siquiera el cuerpo encuentra cómo expresarlo, permanece en silencio y ayuno. Es el día más neonatológico de todo el año.

En este día los fieles viven de la oración con la Liturgia de las Horas (cf. Lectura patrística del Oficio).

Se recomienda vivamente, la Veneración de la Cruz y de la imagen de la virgen de los dolores, más que las agrandes aglomeraciones, prefiérase la oración silenciosa.

Vigilia Pascual

Esta es una noche de vela en honor de Señor; ha de considerarse como la madre de todas las vigilias. Toda la celebración de la Vigilia pascual debe hacerse durante la noche. Por ello, no debe escogerse ni una hora tan temprana que la vigilia empiece antes del inicio de la noche, ni tan tardía que concluya después del alba del domingo[1].

[1] Carta Circular sobre las fiestas pascuales, n. 77.

Estructura:

1. Lucernario:

Pascua cósmica. El Cirio es bendecido y adornado porque es símbolo de Cristo luz. La procesión de las tinieblas a la luz, la peregrinación de la Iglesia, nuevo pueblo de Dios, guiada por la columna de fuego, iluminación bautismal que cada uno recibe de Cristo para ser siempre hijo de la luz.

El pregón.

La proclamación del anuncio pascual es momento solemne y antiguo, lírico y cargado de teología que debe realizarse en una atmósfera de fe y de gozosa escucha, con plena participación.

Momentos sobresalientes del Pregón[1]

  1. Invitación al gozo Pascual a la asamblea del cielo, a la tierra, a la Iglesia entera, a la asamblea reunida;
  2. la gran oración de bendición y de exaltación de la Pascua del Señor, la noche dichosa, síntesis de las noches salvíficas de Dios en la Historia de la salvación;
  3. el canto de la teología de la redención pascual: ¡Oh feliz culpa que mereció tal redentor! Es la noche verdaderamente dichosa que reconcilia la tierra, al cielo y al hombre a su Creador. Se canta la victoria de Cristo, victoria de los cristianos;
  4. el ofrecimiento de la alabanza de la Iglesia y del signo luminoso del Cirio pascual

 

[1] J. CASTELLANO, El año litúrgico. Memorial de Cristo y mistagogía de la Iglesia (Barcelona 2013) 190.

2. Liturgia de la palabra:

Pascua de la Historia: 7 del A.T; epístola, Evangelio.

3. Ritos bautismales:

Pascua de los neófitos: liturgia bautismal, invocación de los santos, bendición de la pila bautismal y los demás ritos del bautismo y de la confirmación (si hay adultos); si no hay bautismos se bendice el agua y se hace la renovación de las promesas bautismales; termina con la oración de los fieles.

4. Liturgia eucarística:

Pascua de los fieles. (Continuación de la litúrgica eucarística).

3. Domingo de Resurrección

Teniendo a la Celebración solemnísima de la Sagrada Eucaristía como su centro, en la celebración litúrgica de este día, merecen un relieve especial las Vísperas bautismales, como celebración vespertina de la presencia del Cristo en la Iglesia y de la gloria del Resucitado, Luz gozosa de la santa gloria del Padre, ojalá precedidas por el lucernario, con la presencia de los neófitos

Jairo de Jesús Ramírez Ramírez

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