En esta época de pandemia del Coronavirus hemos visto publicados muchos artículos que se interesan por nuestra salud psíquica. Nuestra salud psíquica es fundamental para la vida.
La interacción digital no ha desvanecido sino incrementado el deseo de participar en primera persona a la vida de la comunidad con el fin de suscitar y fortalecer las relaciones interpersonales.
En la Iglesia hay un lugar para todos y todos pueden encontrar en ella su lugar, respetando la vocación de cada uno: ese es básicamente el resumen de la Instrucción sobre la parroquia publicada por la Congregación para el clero.
En el libro La vida después de la pandemia dice el papa Francisco: “Este no es el tiempo del egoísmo, porque el desafío que enfrentamos nos une a todos… Las palabras que realmente queremos escuchar en este tiempo no son indiferencia, egoísmo, división y olvido».
Hoy, más que nunca se cuestiona sobre las maneras de vivir y ser en el mundo, y la enciclica quiere declarar en breves palabras lo que significa la verdadera fraternidad y amistad social, sus retos y grandes cuestionamientos para el hombre de hoy.
Encuentro digital de amigos y hermanos en la fe, que compartirán sus diversos caminos, los cuales han sido inspirados por las figuras y enseñanzas de los apóstoles Pedro y Pablo, desde sus cartas y desde sus vidas.
Las enseñanzas del apóstol Pablo contienen riquezas maravillosas, que son como aquel carisma o don perdurable que viene con la fe y la vocación cristiana; y que pueden hoy ser reavivadas, aun en tiempos de zozobra e incertidumbre como las causadas por la actual pandemia que azota a todos nuestros pueblos y naciones.