La imaginación es el producto de experiencias de la vida que denotan la riqueza de la existencia. Es la forma más veloz de viajar hacia nuestros ideales.
En el ámbito pastoral, la interacción en esta actual cultura de la comunicación pasa por las motivaciones de fondo que inspiran su aceptación más que por los conocimientos técnicos o la buena voluntad del agente evangelizador. El beato Santiago Alberione podrá estar feliz de ver cumplido su sueño de alcanzar a muchas más personas, pero quiere que sea en un camino de santidad, personal y comunitaria, y no un modo de promover individualidades.
Pablo VI lo llamó “una maravilla de nuestro siglo”, otros dijeron que era “el industrial del Evangelio”. Con solo treinta años, cuando era director espiritual del seminario de Alba en el Piamonte italiano, fundó su primera congregación religiosa y a su muerte dejó cinco en total, más cuatro institutos adscritos y la Unión de Cooperadores Paulinos.
El padre Alberione se ha ido. Regresó a su verdadera casa. Allá nos espera. Su vida se apagó en un lento y profundo holocausto. Se fue en silencio como vino. Vivió en un abismo de contemplación forjando nuestra eterna misión: traducir las verdades divinas en letras, en imágenes, en ondas y en sonidos… Fue su inmortal herencia.
Compartimos algunos pensamientos del Beato Santiago Alberione sobre la actividad pastoral en las comunidades parroquiales.