Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos. Quiere decir que Dios es vida, no muerte; todo lo relacionado con la muerte no es de Dios, porque Dios es vida que se revela en Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre.
Dios actúa en la historia con “inmenso poder”, porque Dios ama a todos los seres en la tierra, este pasaje nos invita a reflexionar sobre la acción de Dios en nuestra historia, siendo el perdón uno de los temas más importantes del libro de la sabiduría. El Señor corrige con amor: “corriges poco a poco a los que caen” (Sb 12,2).
El evangelio de San Lucas relata un episodio en el camino de Jesús hacia Jerusalén: El texto del Evangelio consiste en una parábola, con su respectiva introducción, y una breve conclusión final. Una vez más nos encontramos con una parábola que solamente Lucas recogió de la tradición anterior.
El significado y el sentido de la oración cristiana se caracteriza porque sale de una persona que no es autosuficiente, que no está por encima de los demás, que no tiene poder ni dinero.
Hacer memoria que Jesús es el hijo de David significa recordar que Dios es fiel a su alianza y que está ligado a la historia del pueblo de Dios.
Jesús en el Evangelio se fija en la eficacia de la fe, la fe es la plena confianza en el poder de Dios e incluso de la fe pequeña como un grano de mostaza.
El interés de cualquier lector desprevenido no sería tanto hablar más allá de la muerte, sino de la realidad hoy.
Ser justos en Lucas es proclamar con nuestra boca su palabra y vivirla, entre proclamar y vivir, es ser justos según sus planes de Dios en nuestras vidas, el justo ante los ojos de Dios, como san José, que hizo en su vida la voluntad de Dios y agrado con su vida al Señor.
La reconciliación se llega por el perdón, como su nombre lo indica es un don del Señor, es un acto que solo puede provenir de la madurez humana.
Jesús exige una renuncia total para seguirlo es una forma de ser libre ante las cosas y las personas. ¿Cómo es mi relación con Dios y con las demás personas?