El Papa nos invita a estar cerca de los enfermos – El viernes 11, fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, se celebra la 30ª Jornada Mundial del Enfermo.
Los adultos, tenemos la gran responsabilidad de construir esta patria chica con amor, sembrando alegría y esperanza para recoger los frutos de la paz y la justicia; nos ‘toca’ dejar este mundo mejor de lo que lo hemos encontrado.
Como Obispo de Santa Marta espero recorrer toda la diócesis, visitar cada rincón, no ahorrar esfuerzos para realizar, a través de toda la actividad de la Diócesis, presencia de Iglesia en el Magdalena.
La experiencia a la que el Papa Francisco nos ha convocado tiene elementos semejantes.
El camino de la sinodalidad es la espiritualidad misionera de la Iglesia que se caracteriza por la escucha permanente que conduce al discernimiento y por eso la “participación es el camino”.
«Toda renovación de la Iglesia consiste esencialmente en el aumento de la fidelidad a su vocación; por eso, sin duda, hay un movimiento que tiende hacia la unidad» (Concilio Vaticano II – Unitatis Redintegratio, 6).
La dignidad de la persona humana exige la garantía de una alimentación sana y suficiente y la promoción de un trabajo decente para todos.
Cuando se habla de sinodalidad eclesial como experiencia en la que caminamos juntos buscando un mismo fin, es necesario tener en cuenta algunas consideraciones.
La tentación de quedarnos quietos, de instalarnos como seres sedentarios, es contrarrestada por la vocación nómada que convierte el camino, la vía, el sendero, el viaje y las encrucijadas, en metáforas de la existencia.
Los Sínodos de Obispos nacieron después del Concilio Vaticano II, aunque desde antiguo se realizan los concilios ecuménicos universales, concilios plenarios territoriales, Sínodos diocesanos, etc. Hasta la fecha se han llevado a cabo 16 asambleas sinodales desde el 1971.