Guías Homiléticas - XXIX DOMINGO ORDINARIO
Ex 17, 8-13 / Sal 120, 1-2.3-4.5-6.7-8 / 2Tm 3, 14−4, 2 / Lc 18, 1-8Del santo Evangelio según san Lucas 18, 1-8
En aquel tiempo, Jesús decía a sus discípulos una parábola para enseñarles que es necesario orar siempre, sin desfallecer. “Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres. En aquella ciudad había una viuda que solía ir a decirle: ‘Hazme justicia frente a mi adversario’. Por algún tiempo se estuvo negando, pero después se dijo a sí mismo: ‘Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está molestando, le voy a hacer justicia, no sea que siga viniendo a cada momento a importunarme’”. Y el Señor añadió: “Fíjense en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que claman ante Él día y noche?; ¿o les dará largas? Les digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?”.
Palabra del Señor.
¿CÓMO RESOLVEMOS LOS PROBLEMAS? ORAR EN MEDIO DE DIFICULTADES ES SER MÁS QUE VENCEDORES
“No bajar los brazos”; “no aflojar”; “no tirar la toalla”, no rendirse… son expresiones que usamos popularmente para alentar a quienes corren el riesgo de dudar en Dios: «La fe se hace joven con todos». También, en el peregrinar cristian o, existe el riesgo de bajar los brazos, desanimarse, cansarse, dejarse envolver por tentaciones de desaliento, a veces, la crisis entra a nuestra puerta sin avisarnos… En este día, Jesús enseña que “es necesario” orar siempre y sin desanimarse”. Jesús nos mostrará la fuerza de la oración perseverante: “Es necesario orar siempre y no desanimarse”, nos dice Jesús.
La liturgia de hoy, nos muestra la fuerza y la eficacia de la oración. La lectura del libro del Éxodo 17, 8-13, es el episodio que protagoniza Moisés simbolizando la fuerza de la oración perseverante, porque el hombre actúa libremente, pero Dios es quien da la victoria en esa libertad. La oración es un tema fundamental para el hombre creyente hoy, pensemos en nuestra vida, tomamos las decisiones correctas el el momento y hora oportuna, pero Dios es quien conoce los corazones y nuestra vida e incluso nuestra historia.
Muchas veces nos pasa como el pueblo de Israel, queremos salir adelante y ser bendecidos en todos los niveles de nuestra vida, pero necesitamos saber ¿Cómo debemos interceder? ¿Cómo debemos orar? especialmente la conversión de santa Mónica que intercede por San Agustín, ella durante treinta años ora por su conversión, siendo respaldada por Dios, recordemos el día que se encuentra con san Ambrosio en medio de lagrimas, le dice este gran santo: “Dios no puede quedarse sin escuchar las lagrimas de una mujer”, y llego a ser un gran padre de la Iglesia y Obispo y luego santo. Moisés intercede por su pueblo, en oración y el pueblo le pone dos piedras a lado y lado para que no bajara las manos, para que el pueblo triunfara.
El verbo “permanecer” en Dios, significa que debo vivir firme en la fe, en nada más sino en el Señor, esto es esperar en Dios y poner toda nuestra confianza en Dios… como lo diría san Ignacio de Loyola: “hacer como si todo dependiera de Dios y nada de nosotros y al mismo tiempo como si todo dependiera de nosotros y nada de Dios”. Es la frase que hoy se escucha: suelto y confio… soltamos porque no podemos depender de algunos factores y confiamos porque ponemos nuestra esperanza en Dios. Este permanecer en la fe es vivir confiando en el Señor, muchas tentaciones no nos pueden vencer, ni derrotar para huir de las responsabilidades o abandonar la fe que aprendimos desde niños.
En el día de hoy en el evangelio, encontramos que es el tiempo de la oración confiada. El temple de la existencia cristiana está determinado por la tenacidad en la oración. Jesús ya ha hablado a los discípulos de la oración perseverante durante su viaje a Jerusalén (11,1-13). Ahora y por medio de una parábola se nos instruye sobre los resultados de esta constancia. En este contexto, Lucas nos va a instruir sobre el alcance universal de la salvación que ofrecerá su muerte y resurrección.
El evangelio de San Lucas relata un episodio en el camino de Jesús hacia Jerusalén: Se destaca la Tercera etapa del camino de Jesús (17,11-19,28) hacia Jerusalén, continúa la instrucción sobre algunos aspectos importantes de la vida cristiana: la llegada de Reino de Dios y la venida del hijo del hombre, la importancia de la oración, el seguimiento y la riqueza; y al final el tercer anuncio de la pasión (18,31-34). Jesús está hablando de la venida del Reino. El texto anterior nos habla del retraso en la venida del Hijo del hombre… los cristianos necesitamos orar para no caer en la desesperanza, en el desaliento, en la tristeza, no podemos dejarnos vencer por los problemas sociales que nos marginan y nos afectan personalmente, por difíciles que sean no podemos dejarnos vencer por el mal, sino vencer el mal a fuerza de bien.
Lucas narra esta parábola del juez injusto (que no tiene paralelo en ningún otro evangelio) para explicar a sus discípulos cómo tenemos que orar sin desanimarnos, eso es intercesión, entendido como perseverancia en la oración. Es verdad que tiene una cierta semejanza con la del amigo que viene a media noche (Lc 11,5-8). Ya antes habla a sus discípulos de la oración (Lc 11, 1-5)… aquí se recoge la oración de petición (la petición insistente) pero más adelante presenta dos formas opuestas de orar la del fariseo y la del recaudador (18,9-14). La oración es uno de los temas propios del Cristo lucano.
El evangelio termina en pregunta: “Cuando venga el hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?” (cuestiona la fe de los discípulos – Lc17,22- y la nuestra). En el intervalo entre los dos textos ha habido un debate con los fariseos (Lc 17,20-21) y unas palabras dirigidas a los discípulos (Lc 17,22-37), cuya continuación leemos hoy. La temática era la venida del Reino de Dios (Lc 17,20). Jesús es claro: El Reino de Dios no vendrá espectacularmente, ni anunciarán que está aquí o está allí; porque mirad, el Reino de Dios está dentro de vosotros (Lc 17,20-21).
Recordemos que Lucas, es una del evangelio desde la misericordia, del espíritu santo e incluso de las comidas, donde se da el anuncio es en las cenas (con un énfasis, especial en los Hechos). Las dos figuras, el juez y la viuda, son muy significativos. Si el juez termina haciendo caso sólo por no verse molestado, Dios Padre escuchará por la pasión de amor que lleva dentro. La paciencia que Dios tiene con sus elegidos, con todos los demás, es una paciencia amorosa, propia del que da tiempo al tiempo para que las personas maduren. La Iglesia (parroquia conformada por los grupos eclesiales y de oración) es comunidad de comunidades y movimientos La Iglesia de este evangelio es una comunidad que se une como hermanos y es consciente, al mismo tiempo, de la ausencia de su Señor, cuyo regreso espera (parusía), pero no de manera inminente como sucedía en las comunidades de Pablo (1 Tes 4-5). Las expectativas en la parusía se han retrasado. Hacia los años 80, se vive con lucidez el tiempo de la Iglesia en la historia. Es el tiempo de la oración confiada. El temple de la existencia cristiana está determinado por la tenacidad en la oración. Jesús ya ha hablado a los discípulos de la oración perseverante durante su viaje a Jerusalén (11,1-13). Entonces ya se dijo que el motivo de la oración constante del discípulo era la petición del Reino (expresión del deseo de justicia cf. 11,30). Ahora y por medio de una parábola se nos instruye sobre los resultados de esta constancia. (Recuerdo que en el camino la gente se va posicionando, se va definiendo la fe).
La parábola pone el acento en la actitud de la “viuda” es una mujer intensa (perseverante, constante) y la situación de la que parte... Es una persona totalmente dependiente de la misericordia de los demás y de Dios. En la necesidad, pide. Tiene conciencia de que depende, de que necesita. Y pide: es mujer, es viuda, no tiene con quien defenderse, acude al juez con intensidad… La parábola nos presenta la insistencia como vencedora de la resistencia del juez injusto (2-5), Dios, en cambio, desea reivindicar a los oprimidos, pero su acción será una respuesta al deseo de liberación que éstos muestren (v.7:gritan día y noche).
Los personajes del evangelio desde su contexto (época, tradiciones, costumbres, leyes: Torah…) Los personajes son emblemáticos. Desde la más antigua tradición legal y teológica israelita, es fácil reconocer un propósito y un fin legal, pero en la práctica, pasa como nos pasa hoy, tenemos muchas leyes que nos cuesta aplicar a la vida cotidiana, así les paso a los jueces, tenían un fin defender al pobre y la viuda, pero no lo hacían como debería ser, porque eran injustos, veamos algunas características de los personajes. El juez ostenta un papel casi teológico, en la medida que es instituido para hacer justicia según la torah: protector de los desvalidos (viudas, huérfanos, pobres y extranjeros) en los diferentes códigos legales del libro de la Torah (Ex 22,22; Dt 10, 18); es un vicario, en definitiva, de la justicia de Dios. Pero, comprendamos lo que significa la justicia: es lo que nos hace justos, es decir, lo que nos humaniza y nos salva: la plenitud de la vida espiritual no la material, ni la física, ni la biológica, ni la natural, ni la superficial, aunque estas las implique no bastan para alcanzar la salvación; pero la justicia está pervertida, porque no es capaz de escuchar y atender las demandas de un desvalido, de un necesitado... pero si en fin, no es capaz de atender, entonces cuanto más Dios hará justicia ¡cuánto más escuchará Dios, Juez perfecto que nunca justifica el mal! El Dios "que hace justicia a los oprimidos" ofrecerá una respuesta sin tardar y pronta (el hoy es la respuesta pronta del Señor a las necesidades del hombre, hoy ha llegado la salvación a tu casa, hoy se cumple la palabra de Dios…). Por otra parte la viuda: es mujer (una mujer en la época de Jesús marginada como los niños, pobres, viudas, huérfanos…), es viuda, no tiene quien la defienda, e imaginémonos que no tenga hijos, no tendría tampoco quien la mantenga, ni quien la defienda, es un caso extremo, pero ilustrativo para el hombre de hoy. La pregunta con la que concluye la parábola ("Cuando venga el Hijo del Hombre ¿encontrará esa fe en la tierra?") no es tan retórica. Los creyentes ya intuyen que el tiempo de la Iglesia puede prolongarse en la historia durante siglos.¿Quedarían discípulos con una fe tan intensa? Así, Jesús vincula la oración a la fe. Antes ha vinculado a la fe otras cosas: la vida centrada en Dios y en los demás, especialmente en los pobres (Lc 16,19ss); la capacidad de perdonar siempre (Lc17,1-4); y el domingo pasado, la vida nueva de quien reconoce que Dios actúa en su propia vida (Lc 17,11-19). Y los discípulos se habían dado cuenta de que, si la fe es así, necesitan mucha, y la piden como don que es: Auméntanos la fe (Lc 17,5) La injusticia está encarnada en la institución judía (v.3: de aquella ciudad) que ha dado muerte a Jesús. Los elegidos son los doce (cfr 6,13) que deben pedir a Dios que el sistema opresor caiga lo antes posible. No van a tener esa fe, porque no han roto aún radicalmente con la institución judía (cfr 17,6)… Lucas describe en Hechos 2,46 como los creyentes de origen judío siguen apegados a la ideología e instituciones del judaísmo. Ahora que la Iglesia de Lucas se siente enviada a recorrer la historia hasta la llegada del Hijo del Hombre, cuando los cristianos tomaron conciencia de que el Reino es una tarea a lo largo de los siglos, la llamada a la oración constante y siempre escuchada recuerda que el Reino es, ante todo, don. Regalo otorgado graciosamente a quien lo pide sin desánimo.El significado y el sentido de la oración cristiana se caracteriza porque sale de una persona que no es autosuficiente, que no está por encima de los demás, que no tiene poder ni dinero. El discípulo de Jesús ora cuando pone su vida, toda su historia en manos de Dios, y lo hace confiadamente. La oración del discípulo de Jesús no es un hablar mucho (Mt 6,7). Es una actitud, un estilo, incluso una acción. Expresa la “fe” ante Dios, no ante la gente: Cuando vas a rezar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido (Mt 6,6). En otra enseñanza sobre la oración, Jesús ha dicho qué es lo que Dios da: vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan (Lc 11,13). Por eso el “orar siempre”, parte de las necesidades concretas –el pan de cada día-, pero espera la novedad, la sorpresa: hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo (Mt 6,10). En todo caso, espera confiadamente la respuesta.
El significado y el sentido de la oración cristiana se caracteriza porque sale de una persona que no es autosuficiente, que no está por encima de los demás, que no tiene poder ni dinero. El discípulo de Jesús ora cuando pone su vida, toda su historia en manos de Dios, y lo hace confiadamente. La oración del discípulo de Jesús no es un hablar mucho (Mt 6,7). Es una actitud, un estilo, incluso una acción. Expresa la “fe” ante Dios, no ante la gente: Cuando vas a rezar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido (Mt 6,6). En otra enseñanza sobre la oración, Jesús ha dicho qué es lo que Dios da: vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan (Lc 11,13). Por eso el “orar siempre”, parte de las necesidades concretas –el pan de cada día-, pero espera la novedad, la sorpresa: hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo (Mt 6,10). En todo caso, espera confiadamente la respuesta.
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CAMINO SINODAL
La frase final no es muy optimista que digamos. Como si anunciase un deterioro progresivo en el nivel del amor, de la fe y de la esperanza en la gente, sobre todo en nuestra realidad de violencia, maltrato familiar y toda una serie de situaciones que vivimos a diario. Nosotros hoy, no estamos muy preocupados por lo que sería la definitiva venida del Reino de Dios. Está en tus manos, tus decisiones correctas.
CAMINO MISIONERO
Lo que nos preocupa es ver cada día como la fuerza de la justicia en cada uno de nosotros y en los demás y en la sociedad van tan despacio, a veces nos cuesta creer en la justicia… Y también nos preguntamos qué sentido tiene rezar en estos momentos, pareciera que Dios demorara mucho, pero él quiere que insistamos, seamos intensos… en estos días hemos perdido un gran ser humano y hermano ex-candidato en la casa de formación “la Misión”: Jesús Medina. Miremos a la Virgen María para que nos enseñe a vivir una relación profundamente espiritual en oración y renovada, con su Hijo, el Padre y el Espíritu Santo confiado en que ya está en el reino de los cielos.
A veces, pensamos que las noticias no nos tocan, creo que a varias comunidades nos han tocado estos días en la misión por estos días, sólo quiero expresar un pésame sentido a los familiares de esta trágica pérdida. Jesús Medina, lo recibí en la casa de formación en el año introductorio junto con José Navas, ambos de Punto Fijo, Jesús fue un joven bien servicial, recordaremos sus tortas en las fiestas de cumpleaños, su mano amiga y oportuna en todo momento, su amistad incondicional y un gran ser humano, alegre y siempre dispuesto a servir con lo hizo el Siervo de Dios Rafael García Herreros. Mi sentido pésame a las familia en Punto Fijo (Venezuela), a su familia que se conectaba a las misas virtuales durante mucho tiempo en pandemia y luego al Facebook de la parroquia; y a todos los que tuvimos la oportunidad de conocer un gran ser humano...cuenten con nuestra oración como hermanos en la fe. El carisma de su espíritu misionero, permanecerá en nuestra casa de formación “la Misión”.
COMUNICADO MISIONERO - OCTUBRE 14 DE 2022
Queridos hermanos: Durante esta semana, un grupo de misioneros se encuentra participando de una misión en Chaparral, Tolima. Lamentablemente, en el día de hoy (14 de Octubre) uno de los buses que trasladaba a los misioneros sufrió un accidente, dejando varios heridos de gravedad y también algunas personas fallecidas. Los candidatos que participan de esta misión: Luis Carlos Llorente, Diego Alejandro López y Brayan Pabón en el momento se encuentran bien. Sin embargo, un joven que estuvo antes en la Casa de Formación, Jesús Antonio Medina, ha fallecido. Esta misión se hacía en coordinación con la Comunidad Pueblo de Dios, cuyos miembros también están en la misión y se encuentran afectados moralmente. Nos hemos enterado de que, entre las víctimas, hay miembros de la comunidad de los Padres Pasionistas, motivo por el cual nos unimos de corazón con ellos. Y a todos les pedimos que nos mantengamos vinculados por la oración en este momento difícil. (Noticia trasmitida por el P. Carlos Alberto Jiménez Zapata, cjm Rector de la Casa de Formación “La Misión”).
Por: Pbro. Wilson Javier Sossa López, cjm
Sacerdote Eudista
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