Camino al “II Seminario Internacional de Teología”: La Renovación en Clave sinodal y ministerial, a realizarse del 7 al 10 de septiembre de 2021, en Caracas (Venezuela), Rafael Luciani ha conversado sobre sinodalidad.
Cabe recordar que Luciani es un teólogo venezolano, asesor del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam). Además fue elegido como asesor de la Comisión Teológica de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos (2021-2023), junto a los sacerdotes Agenor Brighenti (Brasil) y Carlos María Galli (Argentina).
Un modo de ser
Sobre el evento a realizarse en el que se hará una radiografía a la sinodalidad, ha mencionado que “la sinodalidad es ante todo una manera de ser y de operar de la Iglesia. No es un método más de hacer cosas o un programa”.
“Es un modo eclesial de proceder a la luz de la eclesiología del Pueblo de Dios descrita en el capítulo 2 de Lumen Gentium. Tampoco es una novedad del Papa Francisco y su pontificado”, explica.
De hecho la sinodalidad “es fruto de la profundización del Concilio Vaticano II. En los años 80 se llevó a cabo un gran esfuerzo por posicionar la categoría ‘comunión jerárquica’ como eje interpretativo de Lumen Gentium, algo muy popular en varios círculos eclesiales”
Añade: “Sin embargo, recordemos que el Cardenal Suenes, arquitecto de la Lumen Gentium, dijo que el capítulo II de la Lumen Gentium era clave para interpretar a toda la eclesiología del Concilio”.
Por ende “el Papa Francisco retoma la eclesiología del pueblo de Dios, siguiendo el espíritu del Concilio y lo hace inspirado en la manera como esta eclesiología se ha hecho vida en América Latina”.
Un cambio de mentalidad
Por otra parte, Luciani asegura que “la sinodalidad no se debe entender como un mecanismo para cambiar lo que no nos gusta o aquello con lo que no estamos de acuerdo”, sino que “es una invitación a crear e institucionalizar procesos de escucha y discernimiento que involucren al mayor número posible de bautizados, sin excepción”.
Esto implica un cambio de mentalidad “a lo que el Papa Francisco llama la conversión pastoral, tomado de las Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano de Santo Domingo, en 1992, y de Aparecida, en el 2007”.
Asimismo –comenta–hay que buscar las mejores prácticas de la tradición cristiana. Hay algunas diócesis en Europa en las que los Obispos son elegidos por la comunidad. Muy poca gente lo sabe.
“El Papa ha dicho en varias ocasiones que no hay que seguir nombrando a obispos sin una porción del Pueblo de Dios, es decir, sin diócesis. Sería algo equivalente a que existan teólogos sin vida pastoral o teólogos de escritorio, por ejemplo, lo cual va contra la propia naturaleza de la teología”, ha señalado.
La cultura del consenso
Sobre el papel de la mujer en la Iglesia y, especialmente en este camino sinodal, ha destacado el nombramiento de la hermana Nathalie Becquard como subsecretaria del Sínodo de Obispos.
Al respecto, Luciani afirma que fue un nombramiento significativo, aunque “no necesariamente como lo han interpretado muchos medios de comunicación católicos estadounidenses. Los medios hablan mucho de su capacidad de votar y lo interpretan como un ejercicio de poder laical”.
Sin embargo este análisis limitado y distrae, porque “el poder votar en el sínodo no es lo más interesante o importante de ese nombramiento. La Iglesia no puede ser una democracia representativa en la que una mayoría puede imponerse sobre las minorías”.
Por tanto “si algo hemos aprendido es a defender y dar voz a las minorías. Por ello, la cultura del consenso es lo único que puede garantizar que las minorías sean reconocidas e incluidas”.
Además “en el Vaticano ya hay varias mujeres y varones laicos con ejerciendo un tipo de jurisdicción que tradicionalmente era propia de un obispo. El Papa acaba de nombrar al laico mexicano Rodrigo Guerra como Secretario de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL)”.
Frutos de la renovación del Celam
Sobre el actual proceso de renovación y reestructuración del Celam ha asegurado que desde la colegialidad “los obispos latinoamericanos han hecho un buen trabajo reflexionando en conjunto sobre las realidades de la comunidad eclesial latinoamericana, especialmente a través de lo que se llaman Conferencias Generales del Episcopado, de las cuales Aparecida (2007) fue la última”.
Con esto los prelados latinoamericanos han encarnado una colegialidad afectiva más que efectiva, en sintonía con el Concilio Vaticano II, lo que “ha permitido que la apertura al modelo sinodal sea más amplia que en otras partes del mundo”.
Inclusive “pudiéramos decir que en la Iglesia en América Latina y el Caribe existe una cultura que favorece a la sinodalidad que se nutre de relaciones nacidas en medio de la fraternidad, de lo comunitario y afectivo, y de la solidaridad. Esto se traduce en una manera de operar profundamente pastoral y misionera muy propia de nuestra región”.
“Gracias a este espíritu se han dado nuevos pasos que han ampliado la práctica de la colegialidad a la luz de la sinodalidad. Y esto es muy novedoso porque se ha logrado institucionalizar con la reforma del Celam”, acotó.
Todo ello se ha traducido en “la creación de la Conferencia Eclesial para la Amazonía (CEAMA). Aunque la CEAMA está bajo la supervisión del Celam, es una estructura autónoma de carácter sinodal”, donde participan instituciones como la CLAR (religiosos), Caritas, las redes eclesiales Repam (Amazonia) y Clamor (Inmigrantes).
Por: Ángel Morillo Prensa Celam
Recibe nuevo contenido directamente en tu bandeja de entrada.
Sigue mi blog
Encuentra nuestros libros recomendados en:
ÚNETE A NUESTRA LISTA
Suscríbase a nuestra lista de correo y reciba todas las actualizaciones en su bandeja de entrada de correo electrónico.
Deja una respuesta