Iluminado por la Palabra y fundado en la Tradición, el camino sinodal está enraizado en la vida concreta del Pueblo de Dios.
El Espíritu de Dios, que ilumina y vivifica este “caminar juntos” de las Iglesias, es el mismo que actúa en la misión de Jesús, prometido a los Apóstoles y a las generaciones de los discípulos que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica.
El término evidentemente refleja el censo de las tribus de Israel al comienzo del libro y otras listas o totales. Números documenta que cuando el pueblo de Dios fue fiel a las condiciones de pacto, sus viajes y vidas anduvieron bien.
El camino sinodal se desarrolla dentro de un contexto histórico caracterizado por cambios “epocales” de la sociedad y por una etapa crucial de la vida de la Iglesia, que no es posible ignorar.
El camino sinodal se desarrolla dentro de un contexto histórico caracterizado por cambios “epocales” de la sociedad y por una etapa crucial de la vida de la Iglesia, que no es posible ignorar.
La Iglesia de Dios es convocada en Sínodo. El camino, cuyo título es «Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión», se iniciará solemnemente el 9-10 de octubre del 2021 en Roma y el 17 de octubre siguiente en cada Iglesia particular.
Los Sínodos de Obispos nacieron después del Concilio Vaticano II, aunque desde antiguo se realizan los concilios ecuménicos universales, concilios plenarios territoriales, Sínodos diocesanos, etc. Hasta la fecha se han llevado a cabo 16 asambleas sinodales desde el 1971.
Uno de nuestros mayores riesgos para nuestra fe es olvidarnos que delante de Dios siempre somos pequeños, que es necesario hacerse como Aquel en quien se cree.
El trabajo de prevención debe ser permanente y aunque muchas instituciones han diseñado estrategias para hacer frente a este fenómeno, sin embargo, hace falta una mayor articulación entre las instituciones.
A partir de ahora, y hasta el mes de octubre de 2023, vamos a dar inicio a un itinerario de preparación para el Sínodo ordinario de Obispos que tendrá como tema “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”.