Los adultos, tenemos la gran responsabilidad de construir esta patria chica con amor, sembrando alegría y esperanza para recoger los frutos de la paz y la justicia; nos ‘toca’ dejar este mundo mejor de lo que lo hemos encontrado.
La predicación de Jesús se caracteriza como palabras de gracia, expresión unida a la cita de Isaías, esto significa algo agradable y gracioso.
Aceptar a Jesús significa actualizar su obra de liberación para los hombres, quien no acepte a Jesús se niega a aceptar su obra, su palabra de vida, si acepamos a Jesús, aceptamos que debemos trabajar por el reino de liberación del hombre íntegramente, no sólo económica sino integral.
Debemos percibir las «señales» y “signos” dispersos que nos remiten más allá de nosotros mismos y de nuestras limitaciones, hacia una presencia mayor, misteriosa pero real.
Todos los seres humanos tenemos la capacidad de decisión y elección, cuando optamos por buenas decisiones sentimos que tenemos paz y sosiego, nada ni nadie nos puede quitar esa paz que nos da la voz de Dios hoy.